COMPOSICIÓN MONOPÓLICA

Esta integración monopólica tiene sus inicios con el Quinto Velasquismo (1970). Cuando Velasco se proclama dictador. En esta época la economía del país cambia por completo, pues se da lugar al petróleo y ya no al banano.

Tomando en cuenta que en esta época se da el boom petrolero. Esto  ayudó al país a que se refuerce las relaciones de dependencia con los Estados Unidos. La burguesía entrega el petróleo a los monopolios  extranjeros.

En 1972 se derroca a Velasco y nace el gobierno “Nacionalista y Revolucionario” a cargo de Guillermo Rodríguez Lara. Este gobierno creó estrategias de fuerza en contra de algunas empresas transnacionales y trató de renegociar la nueva situación de dependencia con el capital extranjero. Esto ayudó a que el Ecuador entre a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) lo cual contribuyó a la vez que crezca la clase media y que los recursos financieros y bancarios alcancen enormes cantidades.

 Algunos medios de comunicación también se sumaron a este endeudamiento en dólares en este proceso de modernización.

Ante este gobierno se levantaron las Fuerzas Armadas con un triunvirato anti-comunista (Alfredo Poveda Burbano, Guillermo Durán Arcentales, Luis Leoro Franco). Seguidamente se da un periodo de Estabilidad Política en el país, pero al mismo tiempo una decreciente en la economía debido a la deuda externa. De esta situación no se salvarán los medios de comunicación.

Los poderosos sectores financieros ligados con la banca logran imponer un gobierno neoliberal, al cual disminuye el papel del estado y regona sus ideales de “privatización, modernización y desregularización”, es decir la no intervención del estado. Esto se difundió en toda la prensa grande del país.

Esta época se caracteriza también por la pugna entre la oligarquía y el pueblo, se dan varias manifestaciones indígenas. Las Fuerzas Armadas se encuentran en conflictos con Perú. Se da una intensa labor política por parte de los indígenas y se disminuye el papel político estudiantil.

G.P

(Dr. Marco Villarruel Acosta, Documento Borrador, Pág 97-99)